Turismo sostenible, coronavirus y branding

En España el principal motor económico es el turismo. El modelo de masas es el que se ha venido explotando en los últimos 30 años. El de los millones de visitantes anuales, el de la construcción de más aeropuertos y puertos. 

El de los parques acuáticos, McDonald’s, Starbucks y VIPS. El de los grandes centros comerciales, los paseos en carreta de caballos y las fotografías con guacamayos. El de los desayunos, comidas y cenas con menú internacional; el de las pintas y sangrías a 1€. En algunos casos, el de los 365 días de sol al año y 23ºC de media. 

El de las casi de 200.000 camas disponibles en una sola isla, coches de alquiler por 20€ al día y vacaciones todo incluido por 400€. El de las grandes cadenas, con grandes planes y grandes beneficios, que en las islas, salen igual que entraron: por la puerta grande. 

La caída del modelo

Durante estas décadas hemos dejado que fueran los grandes turoperadores los que con cada paquete vacacional construyeran nuestra identidad como destino. Un modelo totalmente desconectado de nuestra realidad que se alimenta de un sistema basado en la precariedad y de la falta de amor propio.

Con la quiebra de Thomas Cook saltaron todas las alarmas y asistimos como espectadores en primera fila al desplome del modelo turístico de masas. Pidieron calma, sosiego y medidas para encontrar una solución para las miles de camas del país. Y cuando parecía que la situación estaba controlada, coronavirus. 

Las interpretaciones que se hacen sobre lo que va a ocurrir después de esta crisis de carácter sanitario, social y económico, son variadas. Ningún escenario es 100% seguro. Lo que está claro es que estamos en un momento de cambio y que todos tenemos la oportunidad de repensar el lugar que ocupamos en el mundo. 

La única recuperación viable pasa por el turismo sostenible

La tendencia antes del coronavirus era clara. Ahora no hablamos de turistas, hablamos de viajeros. Tampoco hablamos de masas, hablamos de sostenibilidad. Hablamos de calidad, no de precios y hablamos de experiencias, no de camas disponibles. 

Debemos apostar por un modelo de turismo sostenible, con consecuencias positivas y directas sobre el entorno a nivel social, económico y medioambiental. 

Las marcas jugarán un papel muy importante en la creación de este nuevo modelo de turismo. El branding ofrece la oportunidad de crear marcas sólidas y estrategias propias que permitan conseguir mayores beneficios para la comunidad y a su vez contribuyan a la reconstrucción de nuestra identidad como destino

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